"¿De qué se quejan los jubilados cuando tienen unas buenas pensiones, garantizadas, sus proyectos de vida más o menos realizados? Mientras las generaciones jóvenes sufren un deterioro alarmante en sus condiciones de vida y trabajo y no digamos nada en sus expectativas, no parece que los pensionistas sean los más damnificados por la crisis". Comentarios como éste suelen ser frecuentes en muchas conversaciones.

Seguro que si alguien apostilla que hay muchos jubilados que tienen unas pensiones muy pequeñas (la media de las pensiones en Navarra no llega a mil euros), que en muchos hogares es el sueldo del jubilado quien sostiene la supervivencia de sus integrantes, que el gasto en pensiones en España es de los más bajos de Europa, que hay un amplio abanico de medidas para incrementar los ingresos y garantizar unas pensiones públicas dignas para toda la gente..., su discurso tendrá una credibilidad más bien pequeña. Es tan fuerte la presión que se está ejerciendo sobre la opinión pública, desde muchos y poderosos frentes, que hoy se está generalizando la creencia de que la viabilidad del sistema público de pensiones es más que dudosa.

Estamos ante un gran engaño y una inmensa estafa que pretende privar a las generaciones venideras de una mínima seguridad que garantiza la existencia de una cobertura digna a futuro a través de una pensión pública y venderles el señuelo de un fondo de pensiones privado como única salida a esta incertidumbre. Gestionar el dinero que hoy se mueve alrededor de las pensiones es el gran objetivo de las grandes finanzas y si lo consiguen, supondrá una pérdida social de incalculables pero nefastas consecuencias.

Lo que hoy está en juego en este debate de las pensiones no es solamente el que se congelen las pensiones y sus consecuencias. Lo que hoy se juega nuestra sociedad es un sistema de protección social equitativa y al alcance de la mayoría frente a un futuro en el que aquellos sectores con recursos tendrán más o menos garantizada su pensión y el resto asistirá a una progresivo deterioro de las mismas como ya se perfila en la reforma que se pretende aprobar. Abracemos la discriminación, desterremos la equidad, ese es el mensaje que quieren que hagamos nuestro.

En defensa de unas pensiones dignas para toda la gente, en solidaridad con las generaciones a las que se pretende esquilmar y para gritar bien alto nuestra oposición a este gran engaño, vamos a salir a la calle hoy, día 19, y nos gustaría que fuéramos muchos y muchas los que nos movilicemos.