Esta carta creo que debería ser publicada por el mensaje que intenta transmitir, un mensaje de esperanza, de valor, de coraje. Últimamente los periódicos y los medios de comunicación no hacen más que bombardearnos con noticias pesimistas... malversación de fondos, presos terroristas liberados, incremento del paro, escasez de empleo... Cierto es que son reales y solo tratan de informarnos de la realidad.
Pero la realidad es que la vida sigue, tanto para los afortunados que viven apenas sin verdaderas preocupaciones, como para ese individuo que se pasa el día en la oficina de empleo a ver si consigue algún trabajillo para poder poner un plato en la mesa un día más. Me refiero con esto a los lectores, a la gente, que no pueden rendirse. Que aunque la vida se les ponga cuesta arriba, por muy duro que sea y no vean la salida... creo que siempre la hay.
Puede que sea fácil y egoísta decirlo desde mi posición. Soy un chaval de tan solo 16 años, que vivo en Pamplona cómodamente, estudio en un buen colegio, tengo mis amigos, que siempre están ahí cuando se necesitan, mis padres, mil lugares de ocio y actividades para hacer... si, así es. No soy rico pero tengo dinero para gastar de sobra, puedo permitirme tener una bajera, comprarme cualquier cosa que necesite; medicamentos, libros de texto, ordenadores..., pero en esta vida tan perra, aunque sea joven y no me encuentre en la situación en la que están otros muchos, ya estoy empezando a madurar y ver cómo son las cosas.
Empiezo a ver que gente inteligente hay muy poca, pero que todo se basa en el trabajo, el esfuerzo y la constancia. Que cada uno se tiene que hacer valer por sí mismo y que nunca te dan nada a la boca. Todo depende de tu actitud ante la vida.