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Es cuestión de educación

En todos los ámbitos, algunas personas utilizan un lenguaje un tanto hostil. Lo he observado en lugares y con gente de clases sociales diferentes. Y, lo peor, en edades jóvenes. Y más concretamente en lo que respecta y se refiere al tema religioso.

En los espectáculos deportivos, los niños se empapan de lo que oyen a los mayores.

Es cuestión de educar, tanto a hombres como a niños. Difícil, ¿no? Pero tampoco caer en una pedagogía del no permisivismo. Ya sabemos que esta sociedad es un tanto agresiva.