La muerte del filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman nos deja sin uno de los pensadores más agudos y más libres del momento. Bauman había entendido la situación en la que vivimos, una sociedad líquida en la que las pertenencias y los vínculos han desaparecido. Un mundo en el que los parámetros del consumo se aplican a las relaciones amorosas. Bauman había señalado con acierto las razones de la perplejidad que sentimos. La globalización ha privado a los estados de una soberanía real. La globalización le ha dado el poder a los mercados, a realidades supranacionales que nadie controla.