Sentimientos agridulces son los que tengo en cuanto a la comparecencia frente a la Comisión de Educación de aquel frío 13 de enero. ¿Por qué? La oposición a favor y el gobierno a medias tintas: muchas palabras y pocos hechos. Saben que van a reducirse las becas, saben que no la han hecho bien y saben que muchos podemos dejar de estudiar. ¿Y qué nos responden? Que somos unos 40. Y no. No es así. Somos 560 alumnos navarros que, en muchos casos, obligados, estudiamos en la UN y con sus medidas nos vemos en riesgo importante de dejar de estudiar. “¿Mis estudios acabarán en junio?”, es lo que muchos nos preguntamos día tras día. No supieron qué hacer frente a los datos que se les había llevado, leyeron un discurso del que no salieron y no dieron respuesta a mi duda sobre por qué si voy a estudiar fuera me dan más dinero que quedándome aquí. No obstante, aseguran que se estudiará caso por caso para que nadie deje de estudiar, pero hasta el momento, ninguno de los cuatro partidos ha movido sus cartas. Espero que en junio, con la resolución en la mano, no tenga que repetirles lo que en enero les avisé.