Todos estamos familiarizados con el clásico vendedor de aceite de serpiente, con mucha labia y pocos escrúpulos, que aparecía en las películas del oeste yendo con su caravana de pueblo en pueblo para vender su remedio milagroso. De lo que quizás no todo el mundo sea consciente es de que esa figura no ha desaparecido en la científica sociedad del siglo XXI. Uno de ellos ha anunciado su visita a Iruñea y aunque no llegará en caravana ni se pondrá a dar gritos en la plaza del pueblo, no tiene muchas más diferencias con el arquetipo del western.

Josep Pàmies afirma ser capaz de curar el ébola y la malaria con lejía, recomienda marihuana para los niños epilépticos, niega la existencia del VIH y genera miedo y desinformación sobre la quimioterapia o las mamografías. Por supuesto carece de ninguna evidencia científica para sus afirmaciones pero eso no le impide poner en riesgo la salud de las personas que acuden a él en su momento más vulnerable. Bajo su aspecto de simpático agricultor con sombrero de paja, este charlatán se pasea vendiendo su “aceite de serpiente” y engrosando su cuenta corriente por toda la geografía estatal con total impunidad.

Si por si solo esto no fuera lo suficientemente grave, veo con sorpresa que aparecen los logos del Ayuntamiento de Pamplona y del Gobierno de Navarra en los carteles promocionales de su charla, dándole al evento un halo de respetabilidad intolerable.

No quiero al señor Pàmies fomentando el oscurantismo en mi ciudad pero mucho menos que vaya de la mano de dos entidades que, se supone, me representan.

Desconozco a qué nivel colaboran el Ayuntamiento y el Gobierno Foral en el evento, pero espero y solicito que tomen las medidas oportunas para corregir esta situación. La salud de la ciudadanía de Iruñea lo agradecerá tanto como sus bolsillos.