¡Qué negocio tan rentable! Los afinamientos de jóvenes borrachos en un entorno de comunidad y armonía con la naturaleza; con la fauna. Qué mejor uso de un fin de semana universitario que pasar todo un día bebiendo sin parar, para después colgar las hazañas en Instagram. Y si además ponemos a un animal que poco tiene que ver con el tema, se hace más divertido ¿no? En la capea, gracias al alcohol, la vaquilla no es el único cuadrúpedo. Qué bonita imagen, un puñado de becerros alcoholizados demostrando su valentía delante de todas las becerras igualmente alcoholizadas, porque así es más fácil. Por si no fuera suficiente con un simposio cultural de estos, se organizan dos, así se podrá disfrutar el doble del saludable ambiente y de la naturaleza en estado puro. Por el módico precio de cuarenta euros, contribuyes al magnífico monopolio de la noche pamplonica -gracias tucena, gracias universitarios-. No sé por qué, pero algo de todo esto no me suena bien. Qué bonito sería una universidad universitaria.