Soy trabajadora de la Fundación Auditorio Barañáin antes incluso de su inauguración en marzo de 2003. Pero en diciembre de 2017 tuve que parar. Yo no me he jubilado, ni prejubilado, he pedido una excedencia y me he ido, me he ido de mi trabajo. Y no he sido la única. De un equipo de seis personas que conformábamos la plantilla del Auditorio estos últimos años, en menos de un año nos hemos ido tres y un cuarto, Mikel Archanco, acaba de ser despedido; todo ello durante la presidencia del señor Huarte, que accedió al cargo por designación política.

Sé bien de qué hablo y de quién hablo, de mi compañero durante casi 15 años Mikel Archanco.

La primera visita guiada al auditorio de Mikel fue de mi mano, después de sacarse la plaza de responsable de Administración en octubre de 2003, seleccionado entre más de 200 aspirantes. En este tiempo, además de ser responsable de Administración, Mikel ha sido un trabajador polivalente que ha formado parte activa del proyecto y se ha implicado con creces en él. Debido a la carencia de personal (hay que recordar que llegamos a ser 12 en plantilla y que en los últimos años estábamos 6), ha compaginado sus tareas de Administrador con otras muchas de creación y sostenimiento de proyectos importantes. Ha sido el alma mater del KulturBus (único proyecto que aúna a los cuatro principales espacios culturales de la comarca de Pamplona), Crecer con Arte (escuela de arte, referente en el ámbito de la exclusión social), etcétera. Ha contribuido al relanzamiento de los conciertos escolares. Impulsor de la Asociación de Fundaciones de Navarra, entidad que presidió durante 5 años. Ha sido comercial del auditorio, atrayendo los eventos de muchas entidades sociales y culturales a este espacio, así como la consecución de importantes subvenciones, etcétera.

Todo esto como actividades añadidas a su función principal de administrador, desarrolladas con gran acierto y reconocimiento por parte de las personas de otras entidades que con él han colaborado.

Su tarea de administrador nunca ha sido fácil. De todos son conocidos los permanentes problemas de tesorería que sufre el auditorio a lo largo de su trayectoria. Las auditorías anuales llevadas a cabo en ningún momento han puesto de relieve problemas en la gestión económica y sus cuentas. Siempre han sido corroboradas por los diferentes auditores independientes y aprobadas por la Junta de la Fundación.

Como en todo trabajo de gestión siempre hay actuaciones mejorables, quien no se haya equivocado es que no ha tomado decisiones importantes. Sólo esas actuaciones son las que se han tenido en cuenta a la hora de proceder a su despido. Se ha buscado exagerar los argumentos, no se le ha escuchado, no se han adoptado soluciones intermedias, no se sabe por qué motivos.

Me he quedado perpleja, sin palabras.

Yo quiero darte las gracias públicamente Mikel, por todos estos años de trabajo contigo, por tu implicación, por tu ilusión, por tu empatía, por tu pasión, por tu sonrisa, por hacer fácil lo difícil, por ser como eres. Ha sido un placer compartir trabajo, ilusiones, sueños, proyectos, quebraderos de cabeza y todo lo que supone una larga trayectoria laboral. Me siento orgullosa y feliz de ser tu compañera de trabajo, y sobre todo y para siempre, tu amiga.

Aupa maitia, asko maite zaitut!!

Muxus y un abrazo enorme.