Con preocupación hemos leído que Covite se ha dirigido al secretario general de Instituciones Penitencias Ángel Luis Ortiz para demandarle no sólo acceso al nuevo protocolo de excarcelación de reclusos con enfermedades graves o incurables, sino también “los datos de los presos de ETA” susceptibles de él, así como “un diagnóstico detallado de la enfermedad que padecen”. Y aún más, exigen que “sean los etarras los últimos en beneficiarse”.

Este colectivo, acostumbrado como está a exigir beneficios que niega a otros, exige ahora que por encima del Código Deontológico médico se vulnere el secreto profesional revelando diagnósticos contra la voluntad de los propios enfermos; algo que los médicos no podemos hacer, pero que Instituciones Penitenciarias o alguien de su entorno ya ha vulnerado en el caso de un preso gernikarra. Además, llaman directamente a que los presos vascos sean discriminados y puestos a la cola.

Instituciones Penitenciarias con un mínimo de dignidad, debiera dejar claro que a ellos nadie les marca el paso ni puede exigirle saltarse el secreto profesional; pero no esperamos nada pues como hemos apuntado, ya tienen antecedentes. A los que sí emplazamos es a los Colegios Médicos de Euskal Herria para que no miren a otro lado, como siempre y salgan al paso de este atropello; al señor Jonan Fernández que siendo director de Derechos Humanos, algo tendrá que decir; a los profesionales médicos que creen en la privacidad de sus pacientes y a las organizaciones de defensa de los derechos de los presos en general y de los enfermos en particular.

Tenemos que impedir, sumando fuerzas, que se conculquen, aún más, los derechos humanos y se discrimine a los presos vascos.