El tiempo corre que vuela. Y ya tenemos varios procesos electorales a la vuelta de pocas semanas. Unas elecciones importantes para el devenir del futuro político de Navarra y del resto de España, tal vez como hacía muchos años que no se vislumbraban. No debe sorprendernos los pactos alcanzados o por alcanzar por las distintas organizaciones. Quién lo iba a decir, pero hemos pasado -hoy por hoy- de un bipartidismo a un multibipartidismo natural. Y en este juego el PSN tiene mucho que decir.

A veces ubicarse en mitad de la clasificación equivale a estar en tierra de nadie, mucho más si tus escaños son prescindibles. Ahora esa posición ha cambiado. El partido está exultante porque son conscientes de que las restantes formaciones intentarán atraérselo en función del resultado electoral y los ecos de la Moncloa pueden ser beneficiosos. Estamos en un momento repleto de elucubraciones, de ilusiones, de deseos. Las posiciones de ambos bloques están muy claras, sin olvidar la posibilidad de apoyos obtenidos no por una alianza electoral, sino por una conveniencia política natural.

Me parece correcta y democrática la decisión de los dirigentes del Partido Socialista de Navarra de consultar a su militancia sobre los previsibles pactos de Gobierno. En lugar de primarias que no sirven para nada, las bases del PSN tendrán ocasión de decidir el futuro político de Navarra, tras un proceso transparente y siempre con una exigencia mínima del 50% de participación para considerarlo vinculante. Al tratarse de varias alternativas por dirimir, la consulta está plenamente justificada. Así de simple y democrático. Que sea por el bien de Navarra.