Últimamente veo poco esta televisión privada porque algunos invitados e invitadas me producen un rechazo social tan abrumador que hago zapping, pero este sábado día 23 de marzo estuve más de una hora viendo la intervención de Pablo Iglesias (Podemos) interpelado por la periodista Llapart, Hilario Pino y el propio Iñaki López, y me pareció que les dio una clase magistral de claridad, de saber estar, de responder con datos y de honestidad que seguro dará mucho que hablar en otras muchas tertulias y de análisis políticos. Yo siempre he votado a otra izquierda, pero en las próximas votaré a Unidas-Podemos al ir en coalición. Creo que Iglesias ha madurado mucho después del 15-M y de todas las adversidades que ha sufrido este grupo político, creo que saber rectificar, saber valorar al adversario, respetar todas y cada una de las opiniones y ser honesto les va a servir mucho para afrontar el reto que va a suponer esta cita electoral del 28 de abril y del 26 de mayo.

Estoy convencido que después de lo ocurrido en Andalucía y de ver y oír todo lo que hacen y dicen los tres partidos de la derecha, no nos queda otro remedio que salir todos y todas de casa para votar a la izquierda, izquierda que está repartida en muchas siglas (PSOE, Unidas-Podemos, ERC, En Comú, En Marea, EH Bildu, Ezker-Anitza, Los Verdes y otros) y que, con esa suma tan amplia, derrotaremos a los que quieren impedirnos avanzar, progresar, conseguir mas igualdad, trabajo digno, pensiones suficientes y más justicia social.

Estoy convencido que esta cita va a estar en los anales de la historia como la que más alta participación va a suscitar y la más inteligente.

El tiempo de la España de baja calidad, del paro abrumador, de la desigualdad entre géneros, de los desahucios, del trabajo precario y de la brecha salarial entre hombres y mujeres va a ser historia pasada. Ya no nos van a engañar porque estamos y vamos a estar en las calles, en las fábricas y donde haga falta reivindicando la igualdad, justicia, educación, sanidad y reparto de la riqueza mucho más equitativo.

Ya nos vale con 40 años de dictadura y con otros 40 de transición. Hemos madurado y sabemos muy bien lo que no queremos ni para nosotros ni para nuestros hijos y nietos.