Hace un mes que literalmente volví a nacer: sufrí un infarto agudo de miocardio más una complicación posterior, pero la celeridad, la pericia y coordinación de los servicios sanitarios públicos, propiciaron que hoy lo pueda contar. En efecto, desde la llamada al 112 transcurrieron escasas 3 horas hasta que estuve intervenida y estable en la Unidad Coronaria del antiguo Hospital de Navarra.

Hoy me recupero sin prácticamente secuelas, a la espera de iniciar un programa de rehabilitación cardíaca similar al que en EEUU le cuesta 8.000 € al paciente, y aquí nos lo brinda la sanidad pública.

Sirvan estas líneas de agradecimiento a todos los profesionales, y de llamada de atención a los políticos para que cuiden nuestra sanidad pública y eviten que, como en muchos casos, los profesionales acaben yéndose a trabajar a otras comunidades.