Escribimos esta carta en respuesta al artículo titulado: “Policía Municipal desaloja un supuesto narcopiso en Zapatería” publicado ayer. En él se intercalan dos diferentes casos de ocupación, el de Zapatería y el de Jarauta 13, creando gran confusión entre los lectores y vecinos.

La problemática causada por estos segundos es ya bien conocida: una violación en grupo, tráfico de drogas, amenazas a los vecinos y, por último, la paliza a un hostelero. Por lo que entendemos la desconfianza y pedimos a los medios que sean lo más claros posible. Queremos, sin embargo, aclarar que las personas que vivían en el piso de Zapatería son personas que, como nosotras, conviven en el barrio y utilizan la ocupación como herramienta para poder vivir fuera de la precariedad y dar vida a las casas en desuso también como convicción ética y política. Al usar el denominador okupa como algo genérico se nos está estigmatizando. También nosotras estuvimos en la concentración del sábado exigiendo que los ya conocidos siete causantes de los altercados se marchen del barrio. Y fuimos testigos de cómo la Policía Municipal los escoltaba hasta otro piso en Descalzos. Mientras que el martes, los mismos echaron de su casa a unos compañeros, sin miramientos.