La falta de profesionales ha hecho de éste un verano muy duro para todos los médicos en Navarra, y especialmente en Atención Primaria. También para muchos pacientes. Los centros urbanos cerraron en horario de tarde y los médicos rurales doblaron cupos, e incluso pueblos a atender, para que otros compañeros tuvieran vacaciones. A fecha de hoy, la falta de personal persiste.

El verano ya pasó pero el problema médico no, y por eso seguimos en conflicto con la Administración. En muchos centros, desde hace meses, faltan médicos para atender cupos-consultas concretas que no se consiguen cubrir. Esos pacientes se distribuyen entre los demás compañeros del centro, pero dejan de contar con su médico; cada día pueden ser atendidos por diferentes compañeros sin esa perspectiva y seguimiento que aporta la continuidad asistencial de la Atención Primaria. Ahora se trata de buscar soluciones. Soluciones reales y efectivas, nada parecido a las resoluciones de productividad elaboradas este verano, improvisadas, sin consenso con los profesionales y que se han convertido en otro argumento incendiario más por la sensación de engaño que han producido en los profesionales que realizaron un sobreesfuerzo y no van a recibir nada a cambio. La aplicación de cómo se iba a remunerar ha dado lugar a que no se haga efectiva para la gran mayoría de compañeros.

En algunos centros, el problema de falta de médicos incluso se ha agravado tras el verano. Como ejemplo, valga uno de la zona urbana de Pamplona: con 4 cupos de tarde que atienden más de 5.000 pacientes, la semana pasada, tras una baja, se quedó atendido sólo por la media jornada de un médico, al renunciar a su interinidad los otros 2 médicos de tarde. ¿Por qué renuncian nuestros interinos a sus plazas?

Eso es lo que estamos intentando hacer ver a nuestros interlocutores en las reuniones que el Sindicato Médico está teniendo con el nuevo departamento de Salud. Reuniones a las cuales, de momento, no asiste la consejera.

Sí que pudimos contar con ella en el Foro Sanidad, Medicina y Ciudadanía organizado por el Colegio de Médicos de Navarra la pasada semana, donde la consejera volvió a repetir aquello de nuestras debilidades y fortalezas. Nuestra fortaleza real la constituye una calidad asistencial que resiste (gracias al sobreesfuerzo de los profesionales) pese a la nefasta gestión en Salud. Nuestra debilidad real, y que dará al traste con la primera: la falta de profesionales médicos. Escasez en directa relación con la sobrecarga, la remuneración no acorde a la riqueza de nuestra comunidad y la pérdida de liderazgo profesional. El primer paso imprescindible para evitar la fuga constante de facultativos, y por tanto una descapitalización profesional, ya preocupante, es que Salud sepa transmitir claramente la situación al nuevo Gobierno y que éste actúe en consecuencia ante la posibilidad del desmantelamiento generalizado que se empieza a consolidar, y que depende de invertir nuevamente en los profesionales médicos como se hizo antaño.

Y, como bien expuso en la clausura del mencionado Foro un exministro de Economía y Hacienda: invertir en Sanidad no solo es invertir en salud; es invertir en un auténtico motor económico generador de riqueza. Los autores son: médico de Urgencias Rurales y vicepresidenta extrahospitalaria del Sindicato Médico de Navarra; y médico de familia de AP y delegado sindical de AP del Sindicato Médico de Navarra, respectivamente