Estoy y debo estarlo, pues soy pensionista, totalmente de acuerdo con las acciones encaminadas a lograr una pensión digna para todas y todos. Pero debemos reconocer que una pensión digna no es una limosna, ni una propina, es simplemente el derecho a ser reconocido como una persona que trabajó su vida laboral y por lo tanto merece una pensión digna que le facilite todos los gastos necesarios, sociales, alimentarios y sanitarios para llevar una vida adecuada y digna a sus necesidades. En manos de quienes nos gobiernan está la solución; no nos despistemos pues nuestros votos deberán ir dirigidos a aquellos que respondan a nuestras inquietudes y necesidades.