Hoy, como hace dos semanas, vuelvo a llamar al centro de salud de Berriozar para solicitar cita al pediatra por la tarde, tal y como nos corresponde, y de nuevo recibo la misma respuesta. No hay pediatra por la tarde. Desde hace dos semanas, por lo menos, la persona titular no está disponible y han debido buscar una persona sustituta. Hasta aquí todo normal. Pero la cuestión es que esta sustitución no es por la tarde, ya que la persona que sustituye acude al centro en horario de mañana y sólo unos determinados días, no todos. Desde administración del centro de salud me indican que es lo único que me pueden ofrecer. Al final, vuelta a hacer malabarismos de horarios con el trabajo para poder acompañar a mi hija un día por la mañana. Y eso que elegimos la opción de pediatra por la tarde por conciliación laboral, claro.
Hace dos semanas llamé al centro de salud, y al recibir la contestación de que no podía acceder al servicio de pediatra por la tarde, decidí medicar yo mismo a mi hija siguiendo las recomendaciones que en otras ocasiones recibí de la pediatra en situaciones similares, y que se trataba de un proceso catarral. Pero mi hija continúa mostrando los mismos síntomas y empeorando. Las toses que tiene ahora son más graves, parecidas a otras veces en las que el proceso catarral le llegó a los bronquios. Y ahora no voy a medicar de nuevo a mi hija, por sentido común necesita la atención de un profesional. Pero no hay tal disponibilidad. Solución: disrumpir mi conciliación laboral porque el servicio de salud no cumple con su obligación.
Me indigna que se den situaciones como ésta, y como ciudadano estoy convencido de que es mi deber hacer esta reclamación. Nuestro sistema de salud público está siendo amenazado por la situación económica, y no quiero permanecer callado. Mi protesta no va contra el Servicio Navarro de Salud, va a quien corresponda la tarea de asegurar que el servicio ofrecido se cumpla, ya sea desde la dimensión de la gestión económica o la de recursos propios del sistema. Ya está bien. Situaciones como ésta se repiten a diario en atención primaria y especializada. Los/as profesionales hacen lo que pueden. Necesitan recursos y que éstos se gestionen bien, porque al final lo terminamos pagando todos/as. Y necesitamos cuidar nuestro sistema de salud público.