Los vecinos del barrio pamplonés de San Jorge llevan un tiempo exponiendo, magníficamente, un proyecto para sustituir los pasos peatonales subterráneos, en el cruce de las avenidas de Navarra y de San Jorge, por una plaza a nivel de suelo, donde los peatones tengan más facilidades para cruzar. Los vehículos cruzarán a nivel subterráneo.
Los pasos subterráneos para peatones, tan de moda hace muchos años, son denostados actualmente por todos los urbanistas por incómodos e inseguros para los viandantes. Las asociaciones de mujeres, principalmente, pretenden erradicar estos pasos por propiciadores de gran inseguridad para mujeres solas. Además, son muy problemáticas por sus pendientes para personas mayores o con alguna invalidez.
La avenida de Navarra lleva años en la preocupación de los munícipes en un intento de conseguir de forma definitiva que sea una calle urbana y eliminar los restos de una autopista de circunvalación que lo fue cuando se creó denominándose variante Oeste. Los intentos han sido varios, unos más acertados que otros.
Esta reforma planteada en San Jorge debería ser urgente dadas la caraterísticas demográficas del citado barrio, con un porcentaje muy importante de personas mayores de 60 años, y además se hace caso a unos vecinos que han planteado con seriedad y brillantez lo que no ha sabido hacer el propio Ayuntamiento.
En esta avenida, con todavía imagen de autopista en varios tramos, sigue siendo una grave herida en la trama urbana. Zona de la ciudad con barrios tan populosos como San Jorge, parte de San Juan con el cementerio incluido, Ermitagaña, la importante zona hospitalaria de la ciudad visitada por miles de personas tanto en su faceta de sanidad pública como privada, Iturrama, con la destacada universidad del Opus Dei y parte de Abejeras y Azpilagaña.
Por todo ello se debería plantear a nivel municipal una profunda reflexión de qué se debe hacer para convertir esta avenida en una apacible zona urbana, como nos merecemos los vecinos y los miles de visitantes universitarios y pacientes y acompañantes de los dos sistemas sanitarios.
Por ello, se deben eliminar ideas tan peregrinas como hacer un paso elevado para cruzar de Iturrama a la Universidad de Navarra, obligando a los peatones a rampas elevadas de ascenso y descenso mientras los vehículos cruzan por debajo en llano. Solución poco inteligente.
Estoy seguro que estas preocupaciones son asumidas por todos los concejales, y principalmente por el alcalde, profundo conocedor del urbanismo pamplonés.