2020 paréntesis de producción industrial, de educación, de eventos, ferias, procesiones, conciertos, calendarios deportivos y turismo. 2020, paréntesis de vida pública, aliento para el cierre de fronteras. 2020, un año que ya se suma a la historia de los ingratos recuerdos. 2020, recorriendo pasillos de hospitales, llenando laboratorios de análisis clínicos, reactivando unidades de cuidados intensivos y, en fin, acercando al personal médico y auxiliar al límite de esfuerzo. 2020, los ciudadanos hemos dejado atrás por el momento el impulso para la acción, la técnica productiva, cuando la propia acción resplandecía en nuestro firmamento; 2020 de giro vertiginoso al espíritu de nuestro tiempo. 2020. Por la calle circulan los silencios, los saludos distanciados y tímidos que no alteren el aire, circulan los espacios de seguridad en donde la esperanza se abriga midiéndonos el tiempo de reclusión en los hogares. 2020, ¿qué imagen del 2020 quedará en los niños de hoy? ¿Y en los adolescentes? ¿Qué análisis hará de esta pandemia de rápida propagación y consecuencias graves para la salud, de esta multinacional del nuevo virus que mirado al microscopio tiene forma de corona (como otros cientos de esta misma familia de virus que ya eran conocidos pero cuyos efectos no tienen esta gravedad), la sociedad de expertos una vez controlada?