Esta carta nace de la necesidad de compartir las lágrimas de emocion, las demás lágrimas, las de la desesperación me las guardo. Llevo el kiosko del mercado del Ensanche y esta crisis se suma a la de los periódicos y el resto de puestos, y aún habiendo una campaña para llevar a casa, por las características de mi negocio el descenso de ventas ha sido brutal. Ayer daba todo por perdido, pero Merche Zabalza y sus trabajadoras y el resto de compañeros me han venido a comprar. He seguido llorando de emoción. Necesitaba darles las gracias a todos y todas las que me han dado esta alegría de saber que no estoy sola. El mercado del Ensanche está lleno de buenos productos, pero sobre todo de buenas personas. Sigo teniendo que pelear día a día pero la solidaridad que me han demostrado me hace llevarlo de otra manera Gracias, eskerrik asko.