DIARIO DE NOTICIAS publicó el 16 de mayo que la reliquia ha sido devuelta al santuario de Ujué después de su exposición en el Archivo Real y de la realización de diversas intervenciones destinadas a retornar a su lugar los objetos en las mejores condiciones de conservación. Santa María la Real de Ujué fue inmatriculada el 4 de enero de 2006; más exactamente el conjunto monumental del que forman parte la iglesia-fortaleza y la casa palacio del siglo XIV, convertida en casa parroquial. El representante del Arzobispado se presentó en el Registro de la Propiedad de Tafalla portando un certificado suscrito por el arzobispo de Pamplona en el que aseguraba que esos bienes pertenecían a la Iglesia desde tiempo inmemorial. Un problema grave de las inmatriculaciones, que no siempre reciben la atención que merecen, es que ese procedimiento implica la apropiación no sólo del continente, sino también del contenido. La Iglesia católica no sólo se pretende quedar con más de 5.000 bienes en Navarra, sino también con decenas de campanas, cientos de cálices, custodias, pinturas, esculturas,€ y también con el corazón del rey Carlos II de Navarra. Si, como afirma la noticia, "el Arzobispado de Pamplona-Tudela y la parroquia de Ujué han prestado el conjunto funerario", parece claro que se han atribuido expresamente su dominio. Otra cuestión es que a la hora de financiar su mantenimiento el erario público haya tenido que aportar más de 5,5 millones de euros en los últimos años. Pero, además, ¿seguirá sin poderse visitar, como ha venido ocurriendo, porque el párroco niega el acceso, tal como se ha denunciado reiteradamente?La Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro/Nafarroako Ondarearen Defentsarako Plataforma seguirá denunciando este expolio, apoyando al vecindario y Ayuntamiento de Ujué hasta conseguir que estos bienes retornen al dominio público y su uso (respetando el culto que se viene realizando) y disfrute sean gestionados por la representación legítima de su ciudadanía.