Es evidente que el actual modelo económico mundial ya era insostenible antes de la covid-19 porque generaba crisis económica, social y ambiental. Estábamos destruyendo el planeta sin el menor resquicio de culpa, alegando que era en favor del desarrollo y el crecimiento económico.Una chica de 17 años, Greta Thunberg, tuvo que alzar la voz para pedir cordura a los líderes mundiales sobre el calentamiento global, mientras todos seguíamos consumiendo en modo autómata y favoreciendo la aceleración del cambio climático.El aumento de los gases de efecto invernadero, la deforestación, la destrucción de ecosistemas marinos y la sobrepoblación estaban provocando un claro desgaste del planeta. Solo hay que ver la aceleración del deshielo de los glaciares y la cantidad de plásticos que se encuentran en los océanos. Se calcula que en 2050 el plástico del mar pesará más que los peces.¿Será el coronavirus el que nos obligue a crear un sistema sostenible basado en la responsabilidad individual, si queremos sobrevivir a esta crisis sanitaria y económica mundial? La historia nos confirma que el ser humano únicamente ha realizado grandes cambios a través de grandes cataclismos.Solo nos queda la fe en que la nueva normalidad se fundamente en la sostenibilidad, mejorando la calidad de vida y el entorno de las personas, y prosperando sin destruir el planeta ni el sustento de la vida de las generaciones futuras.