ecientemente Naomi Klein nos advertía -en un artículo publicado por The intercept- que las élites económicas ligadas a las empresas tecnológicas están gestando un "nuevo pacto de las pantallas" (Screen new deal). Klein avisa sobre el riesgo de que las corporaciones tecnológicas destruyan el sistema educativo y de salud públicos aprovechando la irrupción en nuestras vidas de la pandemia provocada por la covid-19.

El análisis de Klein nos ayuda a comprender ciertos postulados de dirigentes de la comunidad educativa: Manuel Castells, ministro de Universidades, habla de apostar por una "universidad híbrida" con una presencia mayor de la enseñanza telemática, mientras que la consejera de Educación del Gobierno vasco, Cristina Uriarte, agradece, en unas declaraciones a la prensa, que Vodafone, Orange y Euskaltel hayan dotado de 2.000 tarjetas SIM al alumnado sin recursos tecnológicos y que La Caixa haya cedido 500 tabletas para las familias que más lo necesitan. Estas empresas no se caracterizan por su altruismo, algo ganarán, pero lo que en realidad nos preocupa es que en lugar de asumir el departamento de Educación la responsabilidad de dotar al alumnado de la escuela pública vasca del equipamiento informático adecuado y su conexión a internet, esto se deje en manos de la caridad de estas empresas privadas.

STEILAS rechaza esta injerencia de las empresas del sector tecnológico en los centros educativos públicos; las corporaciones tecnológicas son las que más beneficios económicos han obtenido en esta pandemia, el brote de covid-19 ha elevado la demanda de software y servicios de computación en la nube. Microsoft, por ejemplo, el 30 de marzo había registrado un incremento del 775% en el uso de sus servicios en la nube Azure en las regiones afectadas por el confinamiento. En STEILAS apostamos por plataformas educativas públicas en las que no se den venta de datos masiva del alumnado, las familias y el profesorado, y por primar los contenidos y recursos de uso libre, estableciendo en su caso contratos con editoriales para su uso en los centros con el objeto de garantizar la equidad en el acceso.

Además, la clave reside en el modelo educativo por el que se está apostando para salir de la crisis sociosanitaria: escuelas, institutos y universidades se han transformado, a la fuerza, de la presencialidad a la virtualidad, poniéndose de manifiesto que la función de socialización de la enseñanza pública y su misión de asegurar la igualdad de oportunidades únicamente se logra si el alumnado acude diariamente al centro, al patio, a las aulas, al laboratorio, a los talleres profesionales, al comedor.

Se ha constatado que los modelos a distancia o semipresenciales no aseguran el derecho a la educación, tan solo un pequeño grupo de alumnos y alumnas de cierta edad y con un grado alto de motivación pueden aprender a través de pantallas, la gran mayoría necesitan de los y las profesoras, educadoras, logopedas, fisios... Hacemos un llamamiento urgente a las autoridades educativas para que articulen comisiones mixtas con el objetivo de que todo el alumnado, y sobre todo aquel que se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad, tenga asegurado su derecho a la educación. Consejera Uriarte, consensue ya un plan de retorno a los centros educativos para septiembre y escuche la opinión del conjunto de la comunidad educativa y, por supuesto, de los sindicatos como representantes legítimos de los y las trabajadoras de los centros educativos. Todavía queda tiempo, cada vez menos, para plantear un comienzo de curso consensuado que asegure el derecho a la salud y el derecho a la educación.

STEILAS sindikatua

Las corporaciones tecnológicas son las que más beneficios económicos han obtenido en esta pandemia

Se ha constatado que los modelos a distancia o semipresenciales no aseguran el derecho

a la educación