La noticia del asesinato de George Floyd se ha convertido en viral, no es sólo un problema local de USA, el racismo, la xenofobia y la intolerancia también están en España y Estella-Lizarra. El 31 de julio una mujer en el metro de Madrid, que no dejó sentarse a una niña latina, tachando a los inmigrantes de "sinvergüenzas". El 11 de octubre, unos guardias de seguridad de Renfe agreden brutalmente a un joven negro que se negó a mostrarles su billete argumentando que no era su competencia y pidiendo que llamaran al revisor. Y, la tercera noticia, el 19 de octubre, un pasajero de Ryanair entre Barcelona y Londres se negó a sentarse al lado de una mujer negra, insultándola con "bastarda", "fea" y "estúpida vaca". Esas tres noticias demuestran que el racismo y la xenofobia están aquí, por suerte no gozaron del apoyo del resto de personas presentes: ni en el metro, ni en el tren ni en el avión. Pero tuvieron gente que miró para otro lado, que lo consintió, que se convirtió en cómplice al no actuar, normalizando actos y actitudes intolerables.Aún hay gente que piensa que tiene más derechos que otros por razón de nacimiento, por el color de su piel. Que el extranjero viene a quitar el trabajo, que traen delincuencia... La realidad es que miles de personas que deciden subirse en una patera, cayuco, una barcaza, o en un hinchable de juguete, lo hacen para huir de su país. Hombres, mujeres, niños que no tienen nada, que dejan lo poco que tienen, que corren el riesgo de morir ahogados en el Mediterráneo, o como también miles de latinoamericanos que se ven obligados a salir huyendo por la violencia, inseguridad, falta de oportunidades, corrupción y persecución política. Y lo hacen buscando un futuro mejor, pero también aportando a donde llegan.Los falsos prejuicios son caldo de cultivo para la extrema derecha que divide y destruye sociedades, por ello no se puede mirar para otro lado. Ante la intolerancia se debe decir y actuar.Queremos mostrar nuestro más absoluto rechazo al PSN-PSOE, que en el pleno del 4 de junio se negó a condenar el racismo, la xenofobia y la intolerancia. Un partido que se dice de izquierdas y se descubrió cómplice. Debían rechazar, condenar y actuar de raíz contra esa lacra, pero su concejal Ibai Crespo Luna se negó a condenar el racismo. Ante los perjuicios, ante la discriminación, ante los miles de asesinatos, decidió mirar para otro lado. Es por ello que exigimos su dimisión de concejal y una condena clara y contundente del PSOE. Ante la intolerancia debemos estar todos a una sin excusas.