oy, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, parece oportuno recordar que las cifras que cada año se repiten en el mundo en el caso del suicidio son similares a las que recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado sobre la pandemia del covid-19: entre 800.000 y 1 millón de personas mueren por esta causa, y entre 20 y 25 millones realizan algún tipo de conducta suicida anualmente.

Esta similitud nos lleva también a considerar los efectos y las consecuencias que la pandemia está teniendo en la salud mental de la ciudadanía: nos tememos que pronto acusaremos un aumento de las cifras de suicidio, pues conocemos ya algunos datos sobre el aumento de trastornos como la ansiedad y la depresión, así como de la ideación suicida.

En el ámbito nacional, seguimos en torno a los 3.600 fallecidos y se estima que decenas de miles realizan algún tipo de conducta suicida cada año. En Navarra, la media de los últimos 5 años es de 50 muertes anuales, una por semana.

El punto de partida y la reivindicación más firme sigue siendo la misma: no podemos continuar eludiendo un problema de tal envergadura, menos aun cuando su prevención es posible. Recordamos que "el suicidio puede prevenirse, mediante intervenciones oportunas basadas en datos fidedignos y a menudo de bajo coste, enmarcadas siempre en una estrategia multisectorial e integral de prevención" (OMS).

Sin embargo, seguimos sin un Plan Nacional de Prevención del Suicidio. A falta de un plan nacional, las administraciones autonómicas deben liderar acciones y programas que aborden esta realidad tan preocupante. En el caso concreto de Navarra, se pasó de tener un tratamiento pionero a estancarse.

El pasado noviembre, la Asociación Besarkada-Abrazo nos dirigimos al Gobierno de Navarra en comparecencia parlamentaria para instar a la implantación de ocho medidas muy concretas en materia preventiva. La principal: trasformar el ya obsoleto Protocolo de Prevención y Atención a las Conductas Suicidas de 2014 en un verdadero plan integral de prevención que contemple el abordaje intersectorial del problema y que incluya la creación de un observatorio del suicidio. En esta línea, se pidió una mayor dotación de recursos materiales, técnicos y humanos a la Comisión que realiza el seguimiento de dicho protocolo. También propusimos otras medidas dirigidas a la información, atención y seguimiento de situaciones ligadas al suicidio (teléfono atendido por personal especializado, página web divulgativa y orientativa€). Otro aspecto planteado fue la creación de un sistema técnico para el registro de cifras totales de suicidio (suicidios consumados, tentativas e incluso ideación), algo de incuestionable valor para un abordaje eficaz del mismo.

Con el compromiso de parte de todos los grupos parlamentarios allí presentes, cerró aquella jornada que hoy, igual que entonces, recobra actualidad y es preciso atender.

Del suicidio sigue sin hablarse con rigor y firmeza. El miedo y el desconocimiento sobre cómo abordarlo se combaten con información y con campañas de sensibilización, entre otras medidas, y nos corresponde promoverlas. Es urgente trasmitir cómo detectar las señales de que alguien está considerando el suicidio como solución a sus problemas, de igual modo que cómo buscar y acceder a los recursos de ayuda existentes. Recordamos que para atención en crisis en Navarra contamos con el Teléfono de la Esperanza (948 243040), el teléfono del 112 y urgencias hospitalarias

Afortunadamente, la opinión y también la actitud de la población hacia el suicidio está cambiando, demandando acciones de prevención cada vez más concretas y eficaces.

Conmemoramos este día siendo conscientes de la complejidad del momento sanitario, económico y social que estamos viviendo, pero con la expectativa de que se den pasos adelante en esta carrera de fondo que es la prevención del suicidio, posible y necesaria. De la Asociación Besarkada-Abrazo