El 31 de diciembre se publicó en DIARIO DE NOTICIAS un artículo muy interesante de Alberto Ibarrola Oyón que se titulaba Rodezno y el estatuto de las gestoras. Con acierto, su autor sugiere que el antagonismo existente desde el tardofranquismo entre el Partido Carlista y la ultraderecha integrista tiene su origen en fracturas mucho más lejanas en el tiempo. Concretamente en los años 1930, en las divisiones que sufrió el Carlismo con motivo de las maniobras del conde de Rodezno en contra del Estatuto (republicano) de las Gestoras en 1932, y a favor del Decreto (franquista) de Unificación en 1937.Sin embargo, hay un pequeño detalle del artículo con el cual discrepo, que es la afirmación de que el Partido Carlista, después de haber participado en 1986 en la creación de Izquierda Unida, fue expulsado de la coalición electoral un año más tarde. Esta supuesta expulsión no es más que un bulo retrospectivo que circula por Internet y que algunas personas inocentemente se creen. De hecho, en el VII Congreso Federal del Partido Carlista, celebrado en Iruña el 15 de febrero de 1987, se debatió y aprobó la salida de Izquierda Unida, como recoge por ejemplo Miguel Izu en su obra 25 años de Izquierda Unida de Navarra-Nafarroako Ezker Batua (p. 35).Que no existiera ninguna expulsión no significa que no hubiese tensiones que tal vez expliquen, treinta años después, algunas resistencias a ampliar el recorrido histórico de la exposición permanente del Museo del Carlismo. Curiosamente, el Gernikako Arbola motivó diversas fricciones entre el Partido Comunista de España (PCE) y el Euskal herriko Karlista Alderdia (EKA) durante la campaña electoral de 1986. Cuando por iniciativa de los comunistas sonaba La Internacional por la megafonía, los carlistas respetaban. Pero cuando sonaba el Gernikako Arbola, que promovían los militantes de EKA, el respeto no fue recíproco.
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