A las 12 de la noche, después de cuatro horas de pesquisa policial en el semisótano que le servía de madriguera de su botín, los guardias sacaron detenido a Rato, había todavía que le esperaba con una denuncia: "Rato, rata. Roba y escapa". Cuando hace poco le vi salir con permiso de la cárcel, recordé el hecho y pensé que esa denuncia había acertado. Por fortuna o, mejor dicho, por justicia, me ha tranquilizado el que ahora esté siendo investigado por delitos que podrían suponerle hasta 61 e incluso 83 años de cárcel. Sería un ejemplo, muy necesario hoy para escarmentar a los ladrones políticos y de todo jaez, que imitan a esos pésimos ejemplos de las jerarquías de todo tipo de nuestro país.