La política se emancipa de la ética.Tras las disputas diarias que observamos hace meses en los medios entre los líderes políticos españoles, a causa de la presión que está acaeciendo en el país y la falta de respeto entre los candidatos de las futuras elecciones, la inquietud general está creando un conflicto: ¿hay políticos capaces de liderar?No entraremos en desmitificar la figura del político. Intentar mejorar la imagen de los futuros responsables del pueblo es una labor que ningún medio puede subsanar disimulando sus carencias cuando sus actitudes los retratan. La realidad de la supervivencia se impone. Esta lucha intestina y constante genera una situación de nerviosismo y tensión que se adelanta en las propias convocatorias electorales, porque todo el mundo quiere salir en el mejor lugar de salida para realizar una reentrée triunfal.Los actuales actores políticos que estamos viendo en los medios se creen que la política es un arte que se aprende sin preparación ni corrección, que utiliza el conflicto como herramienta para poder ganar, descalificando al adversario, injuriando, faltando el respeto a la oposición y al receptor que confía en la auténtica política, para luego convertirse en líderes delante de la sociedad. Son políticos que destruyen lo construido, de manera despótica, con una actitud de rebelión, egocentrismo e individualismo para hacer real su delirio de grandeza sin importar a quién representan.La maquina cibernética de la sociedad impone unos líderes sin apreciar su valía y su carisma. Las redes mediáticas dilapidan cualquier lectura que el ciudadano necesita para confiar con ese líder. Cuando es el momento crucial de presentarse en el ring electoral, a pie de calle y en el contacto directo del votante, la realidad es otra. Por fortuna, hoy no gozamos de grandes expertos políticos que tienen su propio carisma frente a la sociedad, pero sí están los que necesitan 300 asesores para gestionar y administrar un municipio, región o país. Los 272 municipios de Navarra se merecen el respeto de estar representados por quienes luchen por el bien de cada uno, el bienestar y desarrollo de su sociedad.La misión y el gran reto de los políticos actuales no es solo tener carisma, sino que, a través de sus actitudes de coraje titánico y humildad como precondición de la grandeza, la sociedad recupere otra vez la fe en ellos. No es tiempo de políticos mediocres. La política que se ofrece es la política que se recoge... ellos saben cómo hacerlo, y lo han de hacer "cueste lo que cueste".