a situación actual de la Atención Primaria en Navarra y, sobre todo, el rumbo marcado por parte de la Consejería de Salud y de la Gerencia de Atención Primaria nos auguran un futuro más que preocupante para este ámbito y, por tanto, para el cuidado y vigilancia de nuestra salud.

Allá por mayo del 2019 el Gobierno de Navarra aprobaba la “nueva Estrategia de Atención Primaria y Comunitaria 2019-2022”, que prometía, entre otras cosas, un aumento de inversión y de plantilla (111 nuevas plazas, de ellas 25 de medicina de familia, 5 de pediatría, 35 de enfermería comunitaria, 15 de enfermería pediátrica, 17 de trabajo social y 14 de personal administrativo). Por aquel entonces, la actual consejera de Salud era la gerente de Atención Primaria. Tres meses después fue nombrada consejera. En estos cuatro años, 2 de gerente y casi 2 de consejera, la situación de sus compañeros médicos de Atención Primaria ha ido empeorando progresivamente. No solo no se han cubierto las plazas que estaban previamente sin médico, tampoco se han creado las nuevas plazas prometidas, ni siquiera se reforzó nuestra plantilla para poder atender la pandemia covid, a diferencia del resto de estamentos que vieron incrementados sus efectivos de forma notable.

Diferentes estudios (OMS, Harvard...) avalan que la esperanza de vida está en relación directa con el número de médicos de familia. No solo influye en el tiempo de supervivencia; también la calidad de esos últimos años de vida se relaciona directamente con la presencia de nuestro colectivo en mayor o menor medida. No se entiende, por tanto, que se permita que los médicos de familia cada vez seamos más escasos en Navarra, trabajemos en peores condiciones y se nos trate de sustituir por otros estamentos (más sencillos de contratar) que no pueden asumir nuestras funciones (diagnóstico y tratamiento entre otras). Además, nos preocupa especialmente que, en el Documento de Trabajo sobre el Reto de Atención Primaria, que se está elaborando desde noviembre pasado sin concreción alguna, no se nombre ni una sola vez el déficit de médicos de familia. No se entiende que haya sido elaborado como diagnóstico de la situación.

Seguimos esperando aquellas 25 nuevas plazas prometidas en la “famosa nueva estrategia”. Parece ser que el proclamado discurso del “refuerzo de Atención Primaria” se queda, de momento, en contratar 106 nuevas enfermeras en los centros de salud (por cierto, sin un estudio serio previo de necesidades, funciones y contenido). Esperemos que no se quede ahí, ya que es absolutamente imprescindible aumentar también la plantilla médica, que solo podrá conseguirse con una mejora de las condiciones laborales y retributivas. Sería justo que el trato laboral a los médicos en Navarra fuese comparable al que se ofrece al resto de profesionales sanitarios, en ratios por paciente, carga laboral y salario.

No nos vale la reiterada cantinela de “es que no hay médicos en España”. El problema es que, con las condiciones actuales, no solo salariales, también de proyección profesional, sobrecarga y menosprecio de nuestra administración, la sanidad pública de Navarra no solo es incapaz de atraer a facultativos de otras comunidades, sino que ni siquiera es capaz de retener a los que aquí se forman. Cada vez es más frecuente que compañeros que sacan plaza en Navarra no se incorporen y prefieran seguir trabajando fuera, incluso de interino, y que los MIR se marchen recién acabada su especialidad. Sí que hay suficientes médicos de familia para cubrir las plazas de la OPE actualmente en marcha: se presentan unos 480 candidatos para poco más de 100 plazas. Médicos hay, pero hay que conseguir que se queden: fidelizarlos a nuestra Atención Primaria, y eso pasa exclusivamente por atender sus demandas y mejorar sus condiciones.

Firman esta carta: Juan Ramón Sanchiz Rubio,médico de familia de AP y delegado sindical de AP del Sindicato Médico de Navarra; Rosa Alás Brun, médico de Urgencias Rurales y vicepresidenta Extrahospitalaria del Sindicato Médico de Navarra; y Alberto Pérez Martínez, secretario general del Sindicato Médico de Navarra