En plena canícula, cuando la vieja Iruña descansa después de las universales fiestas de San Fermín, que tristemente este año tampoco hemos podido disfrutar con sus festejos callejeros pero sí en su capilla santuario, la iglesia de los Padres Carmelitas se viste de gala para celebrar la tradicional novena a la secular y marinera advocación de Nuestra Señora del Carmen.Este día guarda para mí grandes recuerdos y me evoca lo mejor de mi vida, entre otros motivos, porque mi ama se llama María del Carmen.Desde las 7 de la mañana del 16 de julio, la iglesia carmelitana es un rosario de fieles que acuden a honrar a la Marinera, faro y estrella de nuestras vidas. A su vez, de forma más recogida, las Madres Carmelitas del palomar de Salsipuedes celebran exquisitamente a su Madre. Ciertamente es un día muy emotivo que merece la pena que destaquemos en nuestra agenda.Este año va a ser muy especial porque no podremos escuchar el canto fervoroso y grave de nuestro querido Padre Martín, pero tengo la plena certeza de que nos acompañará desde el puerto seguro del cielo junto a la Madre del Carmen. ¡Salve Madre en la Pamplona de mis amores te saludan los cantos que alza el amor!