El jueves 18 de noviembre acudí al servicio de Urgencias del CHN acompañando a mi hermano (persona con dependencia severa). Llegamos a las 22.30 horas y salimos el viernes a las 10.35. Total: 12 horas y 5 minutos En apenas 2 horas le realizaron: prueba covid, electro, analíticas, rayos X. El médico consideró conveniente la realización de una ecografía y tras ésta un TAC y aquí es donde empezó la pesadilla. En cada prueba tuvimos que esperar 3 horas. Le pregunté al médico por dicha espera y contestó que era algo habitual en el turno de noche. En la realización de ambas pruebas no había nadie ni antes ni después nuestra. ¿Dónde estaban los técnicos de dichas pruebas? Al parecer debían estar, puesto que era su obligación, pero la realidad es que no estaban (al menos para la prestación del servicio en su tiempo).

Creo que es evidente dónde estaban y lo que estaban haciendo.Yo me pregunto: ¿por qué los celadores, auxiliares, etcétera están disponibles y visibles en todo momento para cualquier necesidad que surja? ¿Y qué ocurre con los técnicos antes citados? Al parecer van por libre, ya que no hacen caso (al menos en tiempo) al médico de Urgencias. No creo que sea sólo responsabilidad de ellos, sino más bien de quien consiente dicho comportamiento y mira para otro lado. Esto simplemente es dejación de funciones y desidia.

Hoy en día todo queda reflejado en el sistema informático: cuándo se pide una prueba y cuándo efectivamente se realiza.Ruego a los jefes de unidades de Urgencias y al director del servicio en último término tomen cartas en el asunto. Es su responsabilidad. Es inaceptable e inadmisible lo ocurrido.

Mi hermano acudió al servicio de Urgencias, no a Atención Primaria. Lo que tenía que haber durado (en base al diagnóstico y pruebas realizadas) entre 4-6 horas, al final fueron 12 horas y 5 minutos. Creo sinceramente fue una falta de respeto. Y más con una persona dependiente. Introduzcan protocolos de control temporal de las diferentes pruebas que se realizan. Sin duda mejorará la calidad que percibimos los ciudadanos. Y háganlo tanto por los pacientes y ciudadanos como, sobre todo, por los grandísimos profesionales que están en el servicio de Urgencias y que ellos no son responsables de los desajustes e ineficiencias. Y encima pueden recibir las quejas o malestar por todo lo anterior.