tro año más ha llegado a nuestras casas la comunicación habitual de la Administración. Con el pretexto de que en la vertiente atlántica ha aparecido un caso de lengua azul (la variante 08) -según datos del Ministerio de Agricultura del Estado el último caso es el que apareció el año 2020 en Baztan-, nos han obligado de manera sistemática a vacunar a todo nuestro ganado ovino y vacuno. Y ante ello queremos manifestar nuestro malestar y desacuerdo.

Nos parece que es desproporcionado que se tome esta decisión por el solo hecho de que el año pasado apareciera un caso, y además que se haga en este momento. Por una parte, porque se ha planteado hacer la campaña de vacunación al inicio del invierno, justo en el momento que menos mosquitos hay, y por tanto en la temporada que menos riesgo hay de infectarse y de transmisión. Y por otra parte, porque la misma se lleva a cabo en la época en que los animales están pariendo o están a punto de hacerlo, con las consecuencias que se derivan de ello: los animales sufren mucho, un alto número de cabezas queda totalmente endurecido los tres primeros días y en algunos casos provoca incluso partos prematuros.

La obligatoriedad siempre viene acompañada de amenazas, castigos y chantajes: por ejemplo, la prohibición de sacar guías, imposibilitando así de facto cualquier operación de venta en caso de no haber vacunado al ganado. Así, mientras al sur de la muga se prohíbe sacar guías -y por tanto vender en caso de no vacunar a nuestros animales- del otro lado de la muga, de la zona norte de Euskal Herria, se traen corderos, cuando el mayor número de casos el año pasado se dio precisamente en ese territorio. Aún así en Francia, en el caso del ganado destinado al mercado interior, la aplicación de la vacuna de la lengua azul fue y es hoy en día voluntaria y sólo es obligatoria en el caso de que el mismo se destine a exportación. En Navarra, sin embargo, no se hace ninguna diferenciación. Aquí, bien sea para abastecer a los sistemas alimentarios locales, bien sea para la exportación, se impone la obligatoriedad sistemática para todos los casos. ¿Que debemos entender con esta actuación? ¿Acaso que las administraciones de aquí están vendidas a los intereses de la industria farmacéutica?

Por todo ello, queremos manifestar que estamos hartos de tanto paternalismo y de tener que actuar siempre bajo coacción. ¿Por qué no tenemos poder de decisión los ganaderos? ¿Por qué tenemos que actuar siempre paralizados por el miedo? ¿Dónde queda la libertad de decisión de la parte ganadera, nuestra soberanía? Esta actuación de la Administración nos hace recordar que la cultura de la imposición sigue estando interiorizada hasta la médula, porque siempre se dirige a nosotros con una actitud totalmente autoritaria y coercitiva.

Por último, queremos dirigir a la Administración de Navarra dos peticiones: una, que aquí se aplique el mismo criterio que en Francia, es decir, que la aplicación de la vacuna de la lengua azul en el caso del ganado destinado al mercado interior sea voluntaria y que su obligatoriedad sólo se exija para el ganado destinado a la exportación. Y, dos, que su aplicación se realice en el momento que el ganado esté sin preñar, en el caso de las ovejas al principio del verano, porque es ese el momento de mayor riesgo de infección y de transmisión por la proliferación de los mosquitos que actúan de vector.

*Ganaderos firmantes: Jose Javier Sestorain, Jose Angel Azpiroz, Mirian Otxotorena, Roberto Urrutia Atienza, Amaia Iturriria, Jurgi Goikoetxea, Francisco Javier Laguardia Barriocanal, Marina Collado Horcajada, Sergio Cobo Peligrín, Javier Iribarren Ibarra, Ignacio Suescun Hualde, Raúl Serrano, Miguel Iribarren Ibarra, Xabier San José Domínguez

Nos parece que es desproporcionado que se tome esta decisión por el solo hecho de que el año pasado apareciera un caso

Queremos manifestar que estamos hartos de tanto paternalismo y de tener que actuar siempre bajo coacción