El presidente Sánchez estuvo reunido en la isla de La Palma con todos y todas las presidentas autonómicos, para impulsar unas políticas financieras y de ayuda por los altos precios de las energías, de los combustibles y de la cesta de la compra. Parece que todos estuvieron de acuerdo y ahora solo falta ponerlas en marcha cuanto antes. Desde mi modesta opinión, y ahora que dentro de dos meses comienza la época de la declaración de la renta o IRPF, propondría que a los que les salga a pagar por ejemplo 1.000 euros, se les rebajase un 35% (por ejemplo) y a los que les sale negativo, si tienen que cobrar 1.000 euros, se les incremente en un 35%, sería una subida lineal para todo el mundo y seguro que vendría muy bien para compensar esa pérdida de poder adquisitivo.

En el caso de los jubilados y/o pensionistas lo tienen más fácil, porque con la última subida en enero 2022 solo han aplicado un 2,5% (cuando el IPC real estaba por el 5,5%) y por lo tanto ese 3% sería de gran ayuda a esas pensiones. Yo creo que hay sistemas y fórmulas fiscales compensatorias para que esas ayudas lleguen, lo que hace falta es voluntad y querer hacerlo, al igual que con los ERTES (más de 4 millones de trabajadores/as han visto cómo se han mantenido sus puestos de trabajo en estos años de pandemia extrema). Vamos a tener una época muy convulsa y también peligrosa por la invasión de Ucrania, y tanto Europa como sus 27 estados tienen que proteger a sus habitantes. Para eso, los fondos de la UE siempre serán bienvenidos.