Vivo en Monte Campamento en un piso que tenía unas magníficas vistas a Badostáin y, hasta no hace mucho, frente a unos magníficos chopos que vimos plantar hace 25 años y que nos protegían del ruido de la ronda, nos aportaban belleza y contacto con la naturaleza con sus cambios estacionales y eran el cobijo de cientos de aves que aún se acercan a las montañas de tierra removidas como buscando el que antes era su hogar. Pues bien, no hace mucho asistí con horror al “asesinato” de estos chopos, porque así se puede llamar, a la forma en que “arrancaron” sin piedad cientos de chopos con dos pasadas de sierra por su perímetro y luego la fuerza bruta de la oruga pala los tumbaba y arrancaba de cuajo; sí , sí, literalmente los arrancaban sin compasión. Tengo documento gráfico del antes y la eliminación. No me lo podía creer, ningún vecino hemos recibido en ningún momento información, ni por supuesto nos han pedido opinión sobre el proyecto o ideas de cómo podía resolverse el problema. Pero aquí no acaba la cosa, porque ahora vuelvo a contemplar con horror que el “sensible y todopoderoso” responsable de turno, además de aprobar aquel procedimiento antimedioambiental, debió dar por bueno un proyecto que sustituye los chopos por un muro de cientos de metros de hormigón como el que he podido contemplar en la ronda en la zona de Ezkaba. Cuando lo vi la primera vez me vino a la mente el muro de Berlín: ya que como solución al ruido han puesto una tapia de hormigón de cientos de metros, paraíso para “artistas grafiteros” (porque no hay más que darse una vuelta por la ronda para ver cómo están ya, y sólo lleva instalada un par de meses....); además y por si fuera poco todo lo anterior, por las opiniones que he podido leer, el lugar se ha convertido, además, en una zona de inseguridad para los paseantes. Espero que el Gobierno de Navarra se responsabilice también de mantenerlo en condiciones higiénicas, estéticas y seguras. Bueno, pero no vamos a ser catastrofistas... a lo mejor a sus señorías se les ha pasado por la imaginación arreglar semejante desaguisado, plantando entre los paseantes y ese horrible muro de hormigón que parece que ya están empezando a plantar... tantos cientos de árboles como los que en su día eliminaron sin ningún respeto ni pudor. No me opongo a que se mejoren las condiciones de la ronda y otros servicios cuando es necesario, soy la primera en pagar mis impuestos para que se hagan mejoras, pero por favor: háganlo con sensibilidad, respeto a la naturaleza y a los contribuyentes. Que luego se nos llena la boca diciendo que somos ecologistas y respetamos el medio ambiente... Tampoco estaría de más que recibieran unos cursillos para educar un poquitito el gusto estético. He visto soluciones de barreras sónicas mucho más decentes, incluso imaginativas que pueden resultar hasta curiosas y bonitas. Lo que están poniendo es tan horroroso que sólo es concebible en un mal sueño.