sta localidad, con Urdax/Urdazubi y la labortana Sara, forman una comarca al norte de los Pirineos, denominada Xareta, de gran belleza natural. Por su estratégica situación ha sido paso de pueblos, y ello contribuye a tener rica historia, que se mezcla con la leyenda. Hay que añadir sugerentes cuevas y vivos ríos que han movido molinos, tanto para obtener harinas como para trabajar el hierro.

Zugarramurdi sorprende por su impresionante cueva, atravesada por el Infernuko erreka (arroyo del Infierno). Tiene hermosas, cuidadas y recias casas repartidas por el verdor de sus campos, y una gran iglesia que destaca por su robustez y dimensiones.

Pero la joya es sorginen lezea (la cueva de las brujas). Antes, tras atravesar viviendas de bonitos soportales con arcos de piedra, llegas al Museo de las Brujas, situado en un antiguo hospital, donde se pueden ver según indican un retrato de la sociedad vasca del siglo XVII con referencias al proceso inquisitorial de 1610, mitología, costumbres y plantas.

Avanzando 200 metros por la carretera se acede a la cueva. La entrada es algo de lo más sorprendente y hermoso que se pueda ver: una enorme cavidad en roca caliza por la que discurre el citado Infernuko erreka, vivo y sugerente. A la izquierda queda la prolongación de la entrada, por donde entra el arroyo, con unas vistas espectaculares desde la gigantesca ventana que es la cueva. Por la derecha avanza el Infernuko erreka, alargándose la cueva como si de una gran catedral prehistórica se tratará. Dentro nos encontramos dos kisulabea (horno de cal), que desde siglos se utilizan en agricultura para quitar acidez a la tierra y así hacerla más fructifera, además de para encalar las casas, contribuyendo a la higiene sanitaria de las mismas. Esta parte de la cueva es más profunda y oscura, añadiendo magia y cierta espiritualidad al entorno. Continuamos el curso del arroyo, cuyas aguas dentro de la relativa oscuridad adquieren llamativas tonalidades en la bravura de sus pequeñas cascadas. Al final de la cueva se inicia la Senda de los Contrabandistas con dirección a Sara, que según leemos llevaban café, azúcar, chocolate...

Es el lugar denominado Infernuko zubia (puente del Infierno), pero más bien nos resulta un Zeruko zubia (puente del Cielo) por lo atractivo del pequeño entorno, que podría ser lugar de encuentro de bellas lamias: ves la vitalidad del arroyo a través de la horadada roca al juntarse con otro más pequeño que viene de la ladera izquierda, formando pequeñas pero hermosas cascadas escalonadas.

Un camino a la izquierda te lleva a la parte superior de la cueva, con una entrada denominada Akelarrea, lugar donde se celebraban éstos, ya que es una amplia estancia cercana a un pastizal. Como sabemos, akelarre (aker macho cabrío + larre pastizal), es una palabra euskara extendida a otros por idiomas.

Estas estancias aprovechadas desde la Prehistoria fueron lugar de leyendas, mitología y antiguas creencias, donde la naturaleza proporcionaba plantas para determinadas dolencias o enfermedades, y así era transmitido entre nuestros antepasados hasta tiempos relativamente recientes.

Sobre el significado de sorgina, leemos dos posibles orígenes, primero el de emagina (matrona), cosa muy probable, y otro el de zortegina (adivinadora), cosa que podía unir ambas, añadiendo la sabiduría popular sobre uso de plantas, ungüentos y masajes.

En 1610 la Inquisición detuvo a 300 vecin@s en Zugarramurdi, sembrando el terror y llevando 53 a Logroño a los atroces procesos inquisitoriales, de cuyas resultas quemaron a 11 acusados de relaciones con el diablo. Pero los atributos demoníacos de que acusaban a gentes sencillas, y que mediante crueles torturas confesaban, desconociendo en muchos casos la lengua de los foráneos inquisidores, como hemos dicho sólo existían en la mente de los inquisidores, tal como se concluye, donde había diversos intereses.

Citan Zugarramurdi, pueblo de las brujas, pero lo veo como Zugarramurdi, pueblo embrujado de belleza natural, pequeño paraíso, con su mágica cueva, entorno, euskera... homenaje a aquellas víctimas y canto a la vida y naturaleza.