Llevo ya varias semanas buscando el vestido perfecto para mi graduación. Semanas sumergiéndome en todas las páginas que existen, llegando, de verdad, a visitar todas y cada una de ellas. Y el problema no es una cuestión de duda sino de decepción; una tras otra: los vestidos que me estoy probando no me quedan en absoluto como yo me imaginaba. Llevo semanas viviendo una batalla interna de si empezar o no una dieta, de si debería estar más delgada o engordar solo para que ese día me vea perfecta. La realidad es que seguro que no soy la única a la que le ha pasado esto alguna vez, seguro que somos muchos los que nos hemos visto en un aprieto eligiendo qué ponernos para una cena familiar, una Nochevieja, una comida de empresa, un evento entre amigos; es entonces cuando comprobamos que hemos engordado o adelgazado de más.

Muchas veces intentamos aparentar lo que no somos: ¿Si yo utilizo la talla 40, por qué intento entrar en una 38? Y lo peor: ¿Por qué me siento mal por no entrar en esa talla? ¿Cuánto poder tiene un solo número en nosotros? Vivimos en un mundo donde el físico es lo más importante y eso nos daña con dureza. Hoy en día, hay miles de jóvenes (y no tan jóvenes) que cada vez que se miran en el espejo se sienten abrumados y decepcionados por el reflejo que observan. Siento que es crucial valorar la importancia de querernos a nosotros mismos, y sacar cada día, durante unos minutos, la cabeza de la rutina para tener la oportunidad de levantarnos a la mañana siguiente y retomar nuestro largo camino para llegar a amarnos. La mayor verdad es que la vida es breve, por lo que deberíamos dejar de perder el tiempo en tratar de gustar a los demás o intentar llegar a estándares a los que no estamos llamados pero que muchas veces la sociedad , como por ejemplo a través de las redes sociales, nos obliga a intentar alcanzar. Demos un paso hacia delante y luchemos por nuestra felicidad, que no reside en otro lugar que en el de querernos. Nadie lo hará por nosotros. Ojalá algún día seamos una sociedad donde todos sonriamos delante del espejo.