En estos días de dolor por la muerte, no sólo de mi padre/aita, sino de un profesor que me enseñó lo que es la vida y cómo transitar por ella tengo que agradecer a todo el personal sanitario que lo ha atendido durante todos estos años hasta sus últimos días. Agradecer de corazón y con cariño al Pabellón N cuarta planta de medicina interna del Hospital de Navarra, a personal de limpieza, auxiliares, enfermeras/os por su profesionalidad y por el cariño sincero demostrado a mi padre, Eulalio, que hicieron que sus ingresos fueran lo más confortables posible. Podéis estar seguras/os que ese cariño era correspondido por su parte.

Agradecer también a todo el personal de Crónicos de Virgen del Camino (administrativas, enfermeras y médicas/os) que lo han dado todo para intentar que tuviera la mejor calidad de vida posible. De hecho, estoy seguro que su dedicación y cuidados le han permitido retrasar un tiempo su despedida. Mencionar también la excelente atención recibida por todo el Servicio de Cardiología. No puedo olvidarme del Centro de Salud de Noáin, de su médico de cabecera, David (que desgraciadamente se va), de su enfermera, Miren, que han estado al pie del cañón siempre que os ha necesitado, animándolo y corriendo cuando la situación se complicaba. Os aseguro que os tenía mucho cariño y admiración. También al personal administrativo del centro, cuyo trato ha sido siempre muy correcto y amable con nosotros. Por último, decir que tenemos una sanidad pública por la que hay que apostar y cuidar, y unos grandes profesionales que se merecen todo el respeto y admiración del mundo.

Gracias en mi nombre y en el de toda mi familia; no me olvidaré de vosotras/os. Mila esker guztioi.