Putin es tan necio que no se ha enterado que Europa le ha impuesto graves sanciones por invadir Ucrania, pues le van las cosas cada vez mejor. Está vendiendo el gas que ha cortado a Europa en represalia, pero a precios mucho más alto a los que vendía a la UE. Remedando a Groucho Marx: “La OTAN y la UE van de victoria en victoria hasta la derrota final”. Después de amenazas apocalípticas y cuando ya en Europa se entonaba el requiem por Putin, descubren que tiene en su mano la llave del gas y del petróleo que abastece a Europa y el resultado es que después de tan graves sanciones, Europa se ha pegado un tiro en el pie y es víctima de sus propias bravatas: la inflación descontrolada y la profunda recesión en occidente. Rusia amontona divisas a consecuencia de los altos precios del gas y petróleo. Parece cómico, pero los salvadores de Europa financian a Putin su aventura militar en Ucrania. La OTAN y la UE sin enterarse, pues, además China, India y otros grandes consumidores le compran todo el gas y petróleo. Es difícil tomarse en serio el festival que han organizado “las democracias occidentales” en Madrid, para defender a Ukrania, cuyo historial está trufado de corrupción y colaboracionistas con los nazis de Hitler en la II Guerra Mundial. Además de la feroz represión contra las mayorías rusas de Donetsk y Lugansk en el Movimiento Euromaidán y la victoria prorrusa del protocolo de Minsk I y II. Todo el conflicto azuzado por la presión de la UE que se intensificó con la invasión de Rusia a Crimea en el 2015. Sin duda que Putin es un psicópata culpable de iniciar una guerra potencialmente nuclear en Europa y por tanto sin justificación alguna, pues todas son injustas y nunca resuelven nada. Pero el historial de la OTAN y el de los estados de UE son delirantes. Equivaldría a que Rusia, en represalia, arme con misiles a Cuba, Mejico, Colombia, Venezuela y Centro América apuntando a la estatua de la Libertad, a la Casa Blanca o al Pentágono. A ver cómo reaccionaria el senil Biden presentando sus quejas ante la ONU.