Hace unos meses el conjunto de los navarros de bien nos congratulamos al conocer que el señor alcalde de Pamplona iba a engalanar la plaza de los Fueros con una gran enseña de nuestra querida Comunidad Foral.

La instalación de la gran enseña, en exceso cercana al edifico de la Caja Rural de Navarra donde resido, ha ocasionado una serie de problemas a buen seguro no contemplados inicialmente por el señor alcalde. 

En los momentos de gallardo ondeo de la enseña, no pocos por lo ventoso del lugar, las nobles dimensiones de ésta nos impiden a una serie de vecinos disfrutar de las vistas que hasta la fecha conocíamos, llegando incluso a ocasionarnos cierta sensación de claustrofobia al observar nuestras ventanas totalmente encapotadas. De igual manera, la sombría oscuridad que proyecta sobre nuestros alfeizares está comenzando a influir en la salud y en el ánimo de las bonitas camelias que ornamentan nuestros miradores particulares.

La enseña de todos los navarros, defendida con sangre por nuestros abuelos en la contienda y enarbolada por nuestros padres contra el nacionalismo, no puede herir de esta manera a quienes tanto cariño y respeto le profesamos.

Desde estas humildes líneas solicito a nuestro señor alcalde que reconsidere el lugar de colocación de la ya muy citada enseña en la propia plaza. Desde el mayor de los respetos me atrevería a sugerir que su instalación fuese trasladada al punto más céntrico de la misma plaza de los Fueros. Con esta prácticamente inocua intervención la bandera de la Comunidad Foral de Navarra ganaría en presencia en el lugar y los vecinos y buenos navarros afectados volveríamos a retornar a la deseada normalidad anterior.