En nuestra sociedad y en el mundo existe un gran porcentaje de niños y niñas que sufren violencia física, psicológica y sexual, ya sea por familiares, conocidos o desconocidos. Ninguna persona debería sufrir en su niñez ningún tipo de abuso, ya sea en el hogar, en el colegio o en muchos casos de explotación infantil (tanto laboral como sexual).

Nuestra sociedad ha estado basada en castigos, la culpa, el acoso y la poca tolerancia de la aceptación a la diversidad. Es importante que las víctimas tomen conciencia de que no justifica ningún tipo de violencia creándose la autoculpa y que sean autocríticos con su situación. Esto implica aceptación y solo en algunos casos el perdón y el amarse a uno o una misma. Me gustaría destacar que en una sociedad en la que los roles y la violencia junto con la educación está latente el papel de la mujer y más si ha sufrido violencia está doblemente marcado por la vergüenza y baja autoestima. Debemos construir una sociedad educacional y con sentido común que protega a niños y niñas.