Y no porque sea una huelga antimédico como ahora asegura el Sindicato Médico de Navarra. Apoyo ese paro colectivo porque creo en la unión y en el trabajo en equipo. Porque creo que es pensando en el bien común como se alcanzan más logros y se refuerzan los recursos. Y eso, precisamente, no es lo que está planteando en sus negociaciones el SMN. Somos muchas personas las que formamos parte de Osasunbidea y todas y todos tenemos derecho a unas condiciones laborales dignas que se reflejen en la mejora de nuestra sanidad pública.

El colectivo de medicina que trabaja en Atención Primaria lleva tiempo manifestando su malestar por la sobrecarga de trabajo tan grande que llevan asumiendo (y de la que soy muy consciente), porque, entre otras cosas, se han convertido en “secretarias sanitarias”, como se leía en algún artículo de opinión hace unos días. ¡Y resulta que muchas de las tareas extras que llenan sus agendas y les quita tiempo para tratar a sus pacientes como debería ser en una Atención Primaria cuidada y protegida, provienen de su propio colectivo!

Sobrecarga de trabajo por tareas que deberían realizar sus compañeros/as de especializada (recetas, derivaciones, informes...) y que muchos de ellos no hacen. Y ahí no tiene sentido una huelga de médicos; sólo tienen que reivindicar solidaridad y responsabilidad a cada médico/a especialista para asumir sus propias tareas y capacidades, aunque quizá no tengan tiempo para ello los que quieren ir a pasar consulta privada y están demandando la eliminación de la exclusividad...

Yo sí apoyo esta huelga porque otros colectivos también nos hemos convertido en algo para lo que no hemos recibido ni formación ni reconocimiento (a excepción de unas palmaditas en la espalda cada vez que nos rebotamos un poco). Yo, como administrativa de un centro de salud, estoy asumiendo responsabilidades que como personal sin formación sanitaria no me corresponde, por protección al paciente y por protección hacia mi propia persona. Ya es sabido que raro es el día en el que no recibamos malas palabras o malas caras, porque nos toca filtrar y frenar las demandas de la población ante la falta de recursos que en cuanto a personal sanitario estamos viviendo.

Y se quejan (con razón) de que no quieren que se les fuercen citas en agenda sin su aprobación.

Pues yo, personalmente, estaría feliz de concederles esa petición. ¿Agenda llena y sigue la demanda? que sea el médico o la médica quien asuma la responsabilidad (y la bronca) de decidir si se ve al paciente o no. Me parece justo porque, a pesar de haberlo pedido por activa y por pasiva a los gestores de nuestra sanidad pública, sigo sin estar formada para realizar esa tarea, y tampoco tengo un complemento en mi nómina por esa responsabilidad extra asumida. No quiero sentirme responsable ni de sobrecargar la jornada de mis compañer@s, ni de dejar a nadie que lo necesite sin atención médica.

Por último, también me gustaría recordar que la sociedad en general tenemos una gran responsabilidad, y ésa sí que nos toca asumirla a cada uno/a. La responsabilidad de volver a usar el sentido común, de volver a ser conscientes de lo que es una urgencia y de lo que no. De volver a usar los conocimientos de autocuidados que parece han quedado olvidados después de estos años de pandemia. Volver a usar los recursos sanitarios como corresponde. Que tengamos derecho a una sanidad pública no nos da derecho a malgastarla y machacarla. Nos genera la obligación de cuidarla y protegerla entre todos y todas.

*La autora es administrativa del C.S. Larraga