Leo salió un día de nuestra casa. Es lo que hacen los gatos que viven libres. Le encuentran en la calle con su collar antiparasitario. No tiene chip. Un martes, nos enteramos que su foto está en Facebook y nos ponemos en contacto con la benefactora que dice que nos lo entregará, pero posteriormente dice que se ha llevado a Leo desde Altsasu, donde lo encontró y vive, hasta Abadiño (a 70 km) y lo ha entregado en una asociación protectora, y nos envía varios correos contándonos que Leo está enfermo, aunque sin ningún justificante de todo ello. El miércoles nos ponemos en contacto con otra benefactora de la asociación y posteriormente tras muchas llamadas telefónicas no contestadas, nos presentamos en Abadiño para recoger a Leo, pero al ver que no nos van a dar a nuestro gato (tenemos vídeos, fotos, que justifican que es nuestro) optamos por la vía policial porque no entendemos que las benefactoras no nos quieran dar a nuestro gato si no cumplimos sus condiciones.

De todo esto hace un mes y medio y seguimos sin Leo y estamos sorprendidas, enfadadas, dolidas, sí... el mundo es complicado, las personas sufren y hay problemas bien serios, pero Leo es nuestro gato, vive en nuestra casa, con nuestra familia y flaco favor le han hecho estas benefactoras a él y mucho daño a nosotros porque nos han robado a nuestro gato.