María, no la pillas. Mira que te insistimos desde distintos ángulos de vista y ni por esas. Ya. Que tienes a tu alrededor asesores con mucho mayor peso que todos nosotros juntos, de acuerdo. Pero entre todos esos asesores ninguno supo ver el punto de inflexión que suponía la paralización de la actividad administrativa y de tu propia agenda, el día que te trasladaste a Irulegi para, con cámaras, convicción y boato, contarnos, entre emocionada y transfigurada, que habíamos encontrado, casi casi, la prueba de que el idioma original de Navarra es el euskera.

Y es que el paso que marcaba ese hito, “histórico de primer orden” “un salto como pocos en el conocimiento que hasta ahora teníamos de nuestra historia y nuestra cultura”, según tus palabras, para todo el que presenció dicha puesta en escena (excepto para tus asesores, es obvio), el paso siguiente era el cambio de postura, tuya y de tu partido, ante las políticas sobre nuestra lengua. Lo uno llevaba a lo otro, era de primero de comprensión escénica. El no haber advertido eso sitúa a tu equipo de asesores al nivel de meros estimadores de resultados electorales próximos futuros. Esto nos da votos en la parte euskaldun, porque crea expectativas, sin restarlos de la otra parte, en cuanto vean que no movemos nada. ¿De eso se trata? Tenéis que repasar la lección Realidad sociolingüística de Nafarroa. En ese caso os falló la comprensión lectora. Mira que os lo expliqué en una carta mía anterior, hablando de Mañeru. Ni por esas. No pasa nada, seguiremos insistiendo.