Sin apagarse las brasas de las pasadas elecciones ya tenemos encima los fuegos de la siguiente cita electoral. Todo acontece muy rápidamente y apenas hay espacio para las cosas que suceden diariamente entre tantos titulares.

Quiero detenerme en la celebración, esta semana, del día del donante propuesto por la ONT (Organización Nacional de Trasplantes). Aprovechar la jornada para recordar que gracias a las personas donantes y a los trasplantes miles de personas enfermas tienen una segunda oportunidad. Porque cuando hablamos de donación y trasplante tenemos que decir ¡Gracias!. A las personas donantes y a sus familiares por la impagable generosidad de la donación que salva vidas. Gracias, a la sanidad pública y a todo su personal, pocas veces aplaudido, no siempre reconocido y demasiadas veces ignorado y vapuleado. 

Sin donantes no hay trasplantes y sin la solidaridad desinteresada de las donaciones la sociedad se empobrece. Gracias por todos los órganos y tejidos que viven gracias a las donaciones anónimas y altruistas.