Las personas que trabajan en la hostelería tienen claro que no quieren seguir siendo esclavas a precio de saldo. El presidente de la Asociación de Hostelería de Navarra hace declaraciones quejándose de la falta de camareros en el sector y quiere ir a buscarlos fuera: “los trabajos de mierda que no quieren los autóctonos, que los cubran inmigrantes”, debe pensar. Los sindicatos que conformamos la plataforma por la mejora de las condiciones laborales en la hostelería lo repetimos una y otra vez. La solución a sus puestos vacantes es pagar más. Y eso es algo que le hemos trasladado los sindicatos en las 7 reuniones que se han convocado con la idea de acercar posturas y sacar adelante un convenio territorial que adecúe las condiciones laborales a la realidad Navarra. Las personas trabajadoras pedimos retribuciones acordes a la subida del IPC, es decir, lo que ha subido el coste de la vida y medidas para profesionalizar el sector en temas tan importantes como la parcialidad, la temporalidad y un control efectivo de los registros de jornada. La patronal ha dicho no a cada uno de los puntos que los sindicatos hemos puesto encima de la mesa.

Nos encontramos ante un convenio que viene censurado desde el inicio por la Asociación de Hostelería. No parece que tengan ni una mínima intención de firmar un acuerdo para mejorar y dignificar el sector. Optan por una ley de la selva en la que gane el más fuerte y se esclavice a las plantillas. Ahora que las patronales se dan de bruces con el mantra del libre mercado, pretenden ir a buscar trabajadores y trabajadoras a ultramar.

Esta misma semana publicaban unas declaraciones hechas por el presidente de AENH donde decía “que trabajar en fines de semana resultaba poco atractivo”. El problema no es que sea atractivo o no trabajar los fines de semana. Cuando un trabajador decide iniciar una relación laboral en el sector de la hostelería, sabe de sobra que el trabajo será, también, en fines de semana.

Lo que nos quema es la contratación parcial, y las jornadas laborales de entre 45 y 50 horas a la semana. El que cobrar estas horas, muchas veces en “B”, nos cuesta tiempo y desgaste emocional. La hostelería repele a la clase trabajadora porque hay empresarios que toman represalias cuando una persona de la plantilla le pide insistentemente su descanso semanal de 2 días a la semana o quiere presentarse como delegado sindical.

Los calendarios con pocos días de antelación que hace que nunca sepas cuando vas a descansar la semana siguiente también merman a las plantillas y, por supuesto, dejan a un lado la conciliación familiar. Son recurrentes las llamadas para ir a trabajar en tu día de descanso y las malas formas en el trato cuando pides que te paguen el plus de domingos y festivos que te corresponden. Cuando pides que quieres disfrutar el día de descanso que te pertenece por haber trabajado alguno de los 14 festivos la respuesta no suele ser satisfactoria. Hartos de que reclames los derechos que te corresponden, te dicen de llegar a un acuerdo económico para ser despedido porque ya no aguantan más el desenfreno de tener que cumplir la ley.

¿En serio que no se puede hacer nada para crear un sector atractivo, en el cual las personas que entran quieran seguir trabajando en él años después? ¿Existe la voluntad por cambiar esta realidad desde la Asociación de Hostelería o solo es cuestión de quejarse continuamente sin mejorar las condiciones laborales? La solución a su problema pasa por dejarse de excusas y pagar más y mejor.

*Responsable del sector de hostelería de CCOO de Navarra