Modelo eléctrico, ¿futuro para quién?
Las plantillas que trabajamos en el sector de la automoción llevamos muchos años viendo cómo la evolución del sector ha venido influyendo en nuestro trabajo, bien por la automatización, robotización y digitalización de los propios procesos productivos, bien por cómo se realizan las subastas de las piezas que componen el vehículo.
Independientemente de la evolución tecnológica, llevamos muchos años en los que es costumbre una subasta continua de piezas, cada vez que se han venido renovando los modelos del Polo, que se traducían en muchos casos en un trasvase de plantillas de una empresa a otra o en su extremo, en cierres de empresas (Sysmo, Dura, HBPO) y apertura de otras, lo que en muchos casos supone la pérdida de condiciones laborales.
En estos momentos estamos en un cambio que aúna estos dos aspectos: por un lado, una evolución en los procesos productivos incentivados por un cambio en el paradigma de la movilidad (normativa Europea U7) donde se transita de la combustión fósil a modelos más respetuosos con el medio ambiente, principalmente eléctrica y, por otro lado, un momento crucial para las empresas constructoras para que se les asignen estos modelos y de las proveedoras por no quedarse fuera de las piezas que conformarán estos modelos eléctricos.
En este sentido, el comité de Volkswagen Navarra ha realizado llamamientos tanto a la dirección de Volkswagen, como al Gobierno de Navarra para que se tomen las medidas necesarias para que se fabriquen en Navarra modelos con el suficiente volumen de producción que garanticen mantener, o incluso crecer, en el empleo propio como de las proveedoras.
La presidenta del Gobierno de Navarra indicaba sobre las proveedoras que “trabajan muy bien, con calidad e indicadores de productividad buenísimos” y además que iban a tener “ayudas a la inversión para esas transformaciones que tienen que hacer”.
La Asociación Clúster de la Automoción de Navarra, en su último informe de 2018, cifra en más de 11.500 personas trabajando en el sector, sólo superado por el sector agroalimentario, dejando claro su peso y, sobre todo, el mayor volumen de empleo establecido en las proveedoras.
Es en este punto donde el comité de empresa de Antolín, en representación de la plantilla, ve cómo esta transición al modelo eléctrico nos puede dejar de lado y que en estos momentos tras llevar 22 años siendo proveedora de Volkswagen Navarra está en entredicho la continuidad de la planta.
Tal y como se nos ha comunicado a día de hoy, no hemos renovado las piezas que fabricamos para los futuros modelos eléctricos lo que supone una muerte dulce en la paulatina desaparición de los modelos de combustión que se fabrican actualmente en Volkswagen Navarra.
Estos productos que realizamos actualmente desde Antolín Navarra han sido asignados a plantas que están fuera de Navarra, lo que supone destruir el actual volumen de empleo que tenemos en las proveedoras de Volkswagen Navarra, así como seguir incrementando la huella de carbono por la logística que esto supone.
La plantilla de Antolín está compuesta por 137 personas, 70 de las cuales son mujeres, algo que está muy por encima de la media dentro del sector industrial y de la automoción. Una plantilla con unas edades medias de entre 44 y 49 años y con unas antigüedades superiores a los 10 años.
Desde el comité de empresa llevamos tiempo trabajando para revertir esta situación y en la búsqueda de los apoyos necesarios para que se garantice de una manera real que el futuro del sector de la automoción no deje a nadie fuera y que Antolín y otras plantas en nuestra misma situación tengan encaje y futuro con los nuevos modelos eléctricos.
*Firman esta carta: Juana García Esperilla, Cayo Pérez Ayuso, Carolina Paín Azparren, Marta Nicolás Usarraga, Sandra Larrea Zabalza y Sabi Atipov Keskinev