Eusko Alkartasuna no existe desde 2010, de la misma manera que el Partido Carlista desapareció en la práctica con la Transición, por más que en el siglo XXI dicen que ha habido algún momento en que se ha visto una papeleta con sus siglas. Desde 2009 no existe una papeleta con el logo de EA en solitario en ella, y por lo tanto, el partido se ha vendido con armas y bagajes ante quien le solucionó la vida a unas personas y a la cuenta de balance del partido. Pero un partido lo es en tanto en cuanto se presenta a elecciones, como sucedió en la última década, en la que la mitad de los comicios fue en coalición con el PNV, y la otra mitad en solitario. Y esto es así porque algunos siempre estuvieron en contra de cualquier coalición preelectoral, viniera de donde viniera. Y otros estaban dispuestos a poner en el frontispicio el odio atávico y visceral a lo jeltzale por encima de cualquier otra consideración. Por eso Pello va en listas de EH Bildu, purgando a su manera, pecados no veniales de obra, pensamiento y sentimiento.

En los últimos tiempos, la pelea dentro de Eusko Alkartasuna ha sido entre oficialistas y críticos. ¿Qué querían los críticos? Pues que el número X de la lista, de salida, a poder ser, fuera nominado por el partido, como muestra de una coalición con cuotas. Y en los alkartetxes debatir quién va en ese puesto. Como sucedía con el PNV. Pero en EH Bildu no quieren eso, porque eso detrae puestos a los pata negra que han vuelto, ahora vestidos de Armani. Le han cogido gusto a las lentejas con langostinos, la moqueta, aunque ya no se vea, y el cargo público para hacer servicio a la contradicción principal frente a la secundaria en el marxismo y leninismo, drenando en el camino los votos de los camaradas podemitas. En justa venganza por la coalición Amaiur- Merial frente a los resultados de las siguientes elecciones generales. Los oficialistas piensan que son colegas de los comandantes, y les darán el puesto X por ser buenos tipos. De esta manera, EA ya no está presente en los plenos municipales de capitales y muchos municipios. Una vez desaparecida Aralar, con Alternatiba en el limbo unipersonal de Oskar Matute, EA pasa a ser una mera marca, como lo fue años el PNC para Coalición Canaria. Pero hay algo que tienen en común críticos y oficialistas: lo quieren siempre dentro de EH Bildu, no fuera. ¿Y por qué no fuera? Porque desde 2009 no tienen ni puñetera idea de cuántos votos tiene EA y, por lo tanto, cuántos aporta a EH Bildu, y por ello es absolutamente imposible pesar el valor de Eusko Alkartasuna, social y político, salvo por valores subjetivos y arbitrarios. Y lo de 2009 no fue bueno, fue la puntilla.

Entonces quise hacer memoria, pero sólo fue Ander Aldekoa Imaz quien en 2021 sugirió que Amores Pendejos, 270 páginas de puro amor a la verdad, pudiera surgir. Contando desde 2009 teniendo en cuenta los congresos de Eusko Alkartasuna y las juventudes Gazte Abertzaleak, las elecciones al Parlamento vasco y las elecciones al Parlamento europeo, asuntos internos y externos, de nivel nacional y de Getxo. El libro tiene flashbacks de 10 años de militancia política, entre el comienzo del siglo hasta marzo de 2010, en una explicación que satisface la pregunta: ¿Cuándo se jodió Eusko Alkartasuna? ¿Cuando desapareció como partido político? Y por causa de esa desaparición, con efectos sobrevenidos para quienes no se quisieron dar cuenta de lo que ocurría por las orejeras puestas, se encuentra el pago en especie, sea con una concejalía personalizada en Mondragón, como con el cierre simbólico de la lista para procurar blanquear una lista que en el fondo es la de los comandantes, nada plural, con rémoras y resabios de un pasado presente, con alerta para el futuro. Uno vivido, y que está presente en ese Amores Pendejos, que el lehendakari Juan Carlos Garaikoetxea, “reclamó” el 31 de agosto de 2021, y a cuyo legado está dedicado el libro. Pello Urizar, ¿ya has leído Amores Pendejos? En Amazon lo tienes. Dale un tiento. Te va a gustar. Agur bero bat beti jelpean.