Con los datos recientemente publicados de desempleados, de inflación y de PIB, el Gobierno de coalición ha lanzado las campanas en busca del pleno empleo. 

Uno de los datos que reflejan cuál es la situación laboral en cada país es la tasa de actividad económica. Es un indicador que muestra el porcentaje de población mayor de 16 años que está ocupada o busca empleo en una actividad económica. El dato reciente del INE, la establece en el 58,55, lejos de Suiza que ocupa el primer lugar al situarse en el 83,5; seguida de Alemania en el 79,7. Por otro lado, en el PIB de España de 2022, el sector servicios representó el 75% del total. En concreto el turismo fue del 12%. Por hacer una comparativa, en el año 2000 los servicios representaron el 60% del PIB nacional. 

En nuestro país, el sector servicios no cesa de aumentar su peso en el conjunto de la producción, junto a unas cifras turísticas que siguen incrementándose tras la pandemia. ¿Este es el futuro laboral que queremos? Alemania, tras dos trimestres en números rojos, busca su lugar en el nuevo orden internacional, a fin de transformar su modelo productivo. El presupuesto federal germano para 2024 ha sido reducido nada menos que en más de 45.000 millones de €. Este país, prestamista habitual y dinamizador de la zona euro, se ha detenido, buscando una nueva que anime su PIB. España eufórica y Alemania deprimida. No es dificil establecer conclusiones del futuro de ambos países.

No llegamos al 60% de tasa de actividad con un turismo que cada vez tiene mayor peso. La eventualidad es el futuro, porque seguimos con el “sol y playa” igual que hace más de medio siglo. La diversificación en distintos sectores, en España ni está ni se le espera. Esperemos que el cambio climático no suponga que el territorio nacional se convierta en un horno, porque el sector turístico se resentiría.