Ya está bien de que día a día nos mientan sobre el efecto que tiene el precio del dinero del Banco Central Europeo (BCE) en nuestros préstamos hipotecarios.

Los préstamos bancarios normalmente están referenciados al euríbor, que es el precio al que se prestan dinero a corto plazo entre los grandes bancos europeos. Día a día informan sobre la media del interés que se aplican entre ellos a diferentes plazos.

Normalmente los préstamos están referenciados a la media del euríbor al plazo de un año durante el mes anterior.

El precio del dinero es el tipo de interés que aplica el BCE a los bancos cuando les presta dinero y sirve como herramienta de control de diferentes parámetros macroeconómicos, entre ellos la inflación, abriendo y cerrando el grifo...

El BCE ha vuelto a subir ese precio en un 0,25%, según declara su presidenta para contener la inflación, y todos los medios de comunicación vuelven a la carga sobre lo que esa subida va a suponer en las cuotas de nuestros préstamos. 

Pues no señores de la prensa, nuestros préstamos están referenciados al euríbor, no al precio del dinero del BCE.

El euríbor no lo controla el BCE, sino los grandes bancos, y el BCE está, en muchos casos, al albur de lo que hacen los banqueros en momentos como el actual.

Vemos cómo todos los bancos están publicando crecimientos bárbaros de sus beneficios en el primer semestre del año y aplicando el aumento de las cuotas de los préstamos de la ciudadanía sin ningún tipo de escrúpulo ni rubor. Es lo pactado en la escritura, dicen.

El pasado año el Gobierno limitó las subidas de los alquileres y este año lo ha vuelto a hacer para dos años. Perfecto, aunque esta medida perjudica a arrendadores, en muchos casos familias que tienen un piso alquilado, los mayores perjudicados han sido los arrendatarios que se han visto obligados a hacer frente a alquileres desmesurados provocados por la desregulación del sistema.

Pues bien ¿por qué el Gobierno no regula cuanto antes las subidas de las cuotas de préstamos que están referenciados al euríbor? ¿No sería la mejor manera de que esos superbeneficios bancarios, en ocasiones de récord, fueran directamente a paliar en parte la inasumible subida de cuotas de préstamos de los consumidores? 

No, que no nos digan que no se puede, es tan sencillo como lo que han hecho con el impuesto especial a la banca o hicieron en su día con la limitación de gastos de las hipotecas.

Ya sabes Santos, si se consigue formar de nuevo el gobierno progresista, pásales el recado a Pedro y Yolanda, a ver si no les parece buena idea.