El pensamiento de la alcaldesa de Pamplona, Cristina Ibarrola, sería rígido e incorregible pues no tiene en cuenta las razones contrarias y sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio para convertirlo en convicción al ser incapaz de aceptar las críticas constructivas, de lo que sería paradigma la intención de realizar un sondeo de opinión en el contencioso del parking de la plaza de la Cruz que resulte favorable a su tesis de construirlo. Asimismo, Ibarrola adolecería de una desconexión con la realidad que le impide ser consciente de que gobierna en minoría, por lo que no duda en actuar al margen de los Plenos municipales en la creencia de que “sus iniciativas no son partidistas y sólo persiguen el bien de la ciudadanía pamplonesa”.

Igualmente, su ADN le impelería a ser el centro de la atención pública y mediática sin importarle la opinión de los demás. Así, la invitación cursada por la alcaldesa a los Reyes para la celebración del 6° Centenario del Privilegio de la Unión (que simboliza la Unión de los Tres Burgos de la Iruña medieval bajo el reinado de Carlos III el Noble) sería una decisión autocrática y un estrambote histórico cocinado al margen del Pleno municipal.

Asimismo, en sus primeros 100 días de mandato como alcaldesa de la capital del Reyno, Ibarrola se habría contagiado del peligroso virus conocido como síndrome de Hybris, citado por el médico y político inglés David Owen en su obra The Hybris Syndrome: Busch, Blair ant the Intoxication of Power. Dicho término procede de la palabra griega “hybris” que significa desmesura y se conoce como “la enfermedad del poder” y los que sufren dicho síndrome tienden a la transgresión de las normas generales admitidas. Sin embargo, el tener un ego enfermo de hibris conlleva un castigo o némesis que puede desembocar en una crisis personal en la que el enfermo corrige su conducta y adquiere el conocimiento de la otredad. Así, dado que Ibarrola carece de la necesaria empatía política para lograr acuerdos con otros grupos municipales, al no disponer de la mayoría absoluta en el Consistorio, es inevitable que los partidos de la oposición alcancen pronto una conciencia más elevada que les permita realizar un salto evolutivo y lograr un cambio de mentalidad. Ello facilitará la presentación de una moción de censura contra Cristina Ibarrola que le liberará de la enfermedad del poder y le permitirá al fin conocer la otredad desde el duro banco de la oposición.

*El autor es analista