Dicen los de Amnistía Internacional que según el laboratorio de pruebas hemos sido capaces de denunciar el uso de fósforo blanco por parte de Israel (el fósforo blanco es un arma incendiaria que arde a temperaturas muy altas al entrar en contacto con el aire. No se puede apagar con agua y sus quemaduras causan lesiones de por vida). Estos ataques deben ser investigados como crímenes de guerra, al igual que los llevados a cabo por parte de Hamás también contra población civil y además, según un enviado en la zona, Gaza es un cementerio humano.

Hamás es considerada una organización terrorista, pero al Gobierno de Israel se le considera un gobierno democrático a ojos del mundo, pero está cometiendo grandes violaciones de derechos humanos, que con la excusa de defenderse de los ataques de Hamas y de los rehenes, está masacrando a la población palestina, bombardeando hospitales -de 30 quedan sólo 10-, escuelas, campos de refugiados. Esta guerra ha causado más de 15.000 muertos , entre ellos más de 6.500 niños y más de 45.000 heridos, que irán en aumento si esta barbarie no para.

Hace pocos meses el monstruo era Putin por invadir Ucrania, y ahora es Netanyahu. Para algun@s en esta guerra la crueldad ha superado a la de Ucrania, pero el rechazo al presidente del Gobierno israelí no es el mismo que hacia Putin, hay distintas varas de medir, según quién sea el atacante y el atacado.